
El pasado 11 de febrero de 2016 la Autoridad Europea de Valores y Mercados (en adelante ESMA, por sus siglas en inglés), publicó su primer Programa sobre Convergencia en la Supervisión. En el documento se especifican las actividades que permitirán realizar y promover de forma eficiente la supervisión en los mercados regulados y extrabursátiles.
Pues bien, la ESMA se creó por el Reglamento de la Unión Europea nº 1095/2010 del Parlamento Europeo y del Consejo, formando parte de la nueva arquitectura supervisora de la UE junto con el Sistema Europeo de Supervisión Financiera (ESFS por sus siglas en inglés), la Junta Europea de Riesgo Sistémico (ESRB por sus siglas en inglés), la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés), la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones (EIOPA en sus siglas en inglés) y los organismos de supervisión de los Estados Miembros.
La nueva arquitectura supervisora de la UE está integrada por el Sistema Europeo de Supervisión Financiera o European System of Financial Supervision (ESFS) del que forman parte la propia Autoridad Europea de Valores y Mercados o European Securities and Markets Authority (ESMA) y, ademas, la Junta Europea de Riesgo Sistémico o European Systemic Risk Board (ESRB), la Autoridad Bancaria Europea o European Banking Authority (EBA), la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones o European Insurance and Occupational Pensions Authority (EIOPA) y las Autoridades Competentes de supervisión de los Estados Miembros. El objetivo de la ESMA consiste en proteger el interés público mediante un sistema coherente de regulación y de supervisión. También contribuye a asegurar la integridad, transparencia, eficiencia y correcto funcionamiento de los mercados financieros, reforzando la coordinación internacional de la supervisión para aumentar la protección del inversor y consumidor de productos financieros. El ámbito de actuación de la ESMA incluye, dentro del mercado de valores, las Instituciones de Inversión Colectiva, el gobierno corporativo y la información financiera. También adopta las medidas adecuadas sobre sistemas de compensación y liquidación, ofertas públicas de adquisición y los derivados crediticios[1].
En su Programa de Convergencia, la ESMA tiene entre sus objetivos la implementación de la infraestructura tecnológica para poner en marcha la MiFID II. Considera necesario facilitar una supervisión eficiente en el mercado de derivados over the counter conocido como mercado OTC, que son aquella que se encuentran fuera de los mercados regulados. También pretende dar apoyo a la aplicación satisfactoria del Plan de Acción de la Unión de Merados de Capitales. Por otra parte, el programa contribuirá al fomento de la coordinación y el asesoramiento en materia de actividad supervisora con los Estados Miembros[2].
En paralelo, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (en adelante, CNMV) ha anunciado que intensificará la lucha contra el abuso de mercado en aras a la protección del inversor. Para ello prevé una serie de cambios en sus competencias sancionadoras e implementar inspectores anónimos o mistery shopping. Así, se convierte en la principal prioridad de la CNMV defender al pequeño inversor, exigiendo que en todo momento éste sepa lo qué compra y a qué precio. Para ello la CNMV pretende realizar una supervisión preventiva a través de la figura de los inversores anónimos. Por otra parte, el organismo quiere recuperar las circulares que advierten sobre el riesgo de determinados productos para inversores minoristas, para que el inversor tenga una idea real de la naturaleza del producto y su funcionamiento[3].
Sacristán&Rivas Abogados
[1] http://www.cnmv.es/portal/Aldia/ActInternacional/ActInterCESR.aspx
[2] https://www.esma.europa.eu/document/2016-supervisory-convergence-work-programme
[3] http://www.expansion.com/mercados/2016/02/24/56cdd44dca474128378b45da.HTML
Sacristán&Rivas Abogados. Especialistas en Derecho Bancario y Productos Financieros