La aplicación de anatocismo en las hipotecas con interés compuesto provoca que no se amortice el capital de las hipotecas pese a pagar las cuotas puntualmente
La Audiencia Provincial de Asturias se ha pronunciado sobre una hipoteca con interés compuesto en el que se aplica un tipo de cálculo diferente del habitual que incrementa las sumas a pagar y dificulta la amortización del préstamo. La Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI) ofreció a unos clientes una hipoteca autodenominada “fácil” en la que los tres primeros años pagarían cantidades fijas muy bajas; a partir del cuarto año el préstamo se volvía variable y subirían las cuotas. Por el contrario, no se informaba a los clientes que en esos tres primeros años, las mensualidades acordadas con la entidad no cubrían los intereses, por lo que los intereses que no pagasen, se irían sumando al capital principal del préstamo, en eso consiste el anatocismo[1].
La Sala se ha pronunciado sobre la contratación por parte de unos prestatarios de esta modalidad de hipoteca por importe de 120.000 euros en el año 2005. Tras 14 años pagando, habiendo abonado más de 95.000 euros, solo habían rebajado su deuda en 4.500 euros, señalando lo siguiente sobre este tipo de préstamo: “(…) el hecho de que la demandada denomine al tipo de contratación ‘hipoteca fácil’ resulta cuanto menos engañoso. Pues lo único fácil es que al momento de la contratación se conoce con precisión la cuota que el prestatario va a abonar durante los tres primeros años (…) no se contiene ninguna alusión a la posible capitalización de intereses”.
Sacristán&Rivas Abogados recomienda a todos los afectados por este tipo de hipotecas con interés compuesto, denominadas hipoteca fácil acudir, tan pronto sea posible, a expertos cualificados en la materia, para la realización de un estudio de las circunstancias de la contratación y de las posibilidades de defensa, estando este Despacho especializado en este tipo de reclamaciones y a su disposición a tales efectos.
[1] Anatocismo: Atrapadas en una hipoteca sin fin | Economía | EL PAÍS (elpais.com)