Fraudes financieros

Fraudes financieros

La CNMV publica el documento estafas y fraudes financieros con el fin de proteger a los inversores ante el aumento de los ciberataques

Los fraudes financieros son acciones realizas por una persona o empresa con el es objetivo de causar un perjuicio económico a través del engaño, existiendo múltiples modalidades de fraudes. Hay que tener en cuenta que estas conductas se han incrementado en los último años como consecuencia del desarrollo de las nuevas tecnologías y las redes sociales.

Las empresas no autorizadas o no registradas, denominadas coloquialmente chiringuitos financieros, son aquellas personas o sociedades que ofrecen servicios de inversión sin autorización administrativa de las autoridades competentes,  CNMV o Banco de España. Así, sólo aquellas empresas que estén autorizadas debidamente puedan ofrecer servicios de inversión, circunscribiéndose la autorización al cumplimiento de una serie de requisitos. El peligro radica en que no se puede conocer el estado de la empresa prestadora de los servicios de inversión, esto es, no se puede conocer si disponen de capital suficiente, si su organización o medios son adecuados, si cumplen los criterios de honorabilidad, etc. No podemos olvidar que al no estar registrados ni en la CNMV, ni en el Banco de España, se eluden los controles a los que se someten las entidades autorizadas, produciéndose una total desprotección del inversor.

La CNMV considera que los chiringuitos financieros constituyen un peligro para el inversor puesto que, en algunos casos, son sólo una tapadera para apropiarse de su capital, pensando éste que está realizando una inversión de alta rentabilidad. El chiringuito ofrece una apariencia de legalidad y alto nivel profesional. Además, suelen brindar elevados rendimientos como cebo para conseguir que los inversores menos informados y los más confiados les entreguen sus ahorros. Utilizan un marketing agresivo y bien trabajado, inversiones en instrumentos financieros muy apalancados negociados en plataformas opacas. En el momento en el que no pueden justificar las pérdidas, en muchos casos desaparecen o cambian de nombre. Así, en definitiva, confiar en un chiringuito financiero es una forma segura de perder el capital, puesto que no es posible recurrir a ninguno de los mecanismos de protección del inversor previstos en las disposiciones legales.

De esta manera, mientras las empresas autorizadas para prestar servicios de inversión  (sociedades y agencias de valores, sociedades gestoras de cartera, EAFI, bancos y cajas de ahorros, etc.), se encuentran supeditadas a las normas reguladoras de los mercados de valores y a estrictos controles por parte de los supervisores, las empresas no autorizadas se mantienen al margen de la legalidad, teniendo las siguientes consecuencias:

1.- Al no estar registradas en la CNMV ni en el Banco de España no ha acreditado los requisitos necesarios, tales como: capital suficiente, organización, medios adecuados, entre otros.

2.- Al no estar registrados en la CNMV ni en el Banco de España, no están sometidos a su supervisión, y por tanto,  no existe ningún control externo sobre su operativa.

3.- No están adheridos al Fondo de Garantía de Inversiones o de Depósitos, no estando protegidos los inversores en el caso de insolvencia de la de la entidad no autorizada. Debemos apuntar, que las entidades autorizadas son las que contribuyen a los Fondos con sus aportaciones.

A continuación, haciéndonos eco del documento de la CNMV, acompañamos una serie de prácticas que pueden ayudarte a identificar un chiringuito financiero o un intento de ciberataque o de estafa o fraude financiero:

  1. Suplantación de identidad de entidades autorizadas: Empresas no autorizadas utilizan datos identificativos de empresas autorizadas e inscritas en la CNMV para crear una apariencia de legalidad, que reciben el nombre de empresas clonadas. Éstas utilizan ilegítimamente, incluso en sus páginas web, elementos identificativos idénticos o muy similares a los de empresas debidamente autorizadas e inscritas o sus mismas URLs, con cambios mínimos y casi imperceptibles.
  2. Cuentas de trading financiadas ligadas a cursos de formación: Existen empresas que ofrecen la posibilidad de acceder a una cuenta de trading, es decir, una cuenta de valores para comprar o vender acciones, CFDs, Forex, etc. Las cuentas de trading financiadas tienen la particularidad de que el usuario no arriesgaría capital propio, operando aparentemente con el que le aportaría la propia plataforma y a cambio, obtendría supuestamente un porcentaje de las ganancias obtenidas.
  3. Nuevas estrategias informáticas (fraude del técnico informático): Algunos chiringuitos utilizan herramientas informáticas para conectarse al dispositivo de un inversor y apropiarse de datos (como códigos de acceso o contraseñas) que les permiten operar sobre las cuentas de valores del inversor sin autorización. Habitualmente, se hacen pasar por un técnico informático de la plataforma de inversión o de otra conocida empresa, que te alerta de algún problema en tu ordenador u otro dispositivo (por ejemplo, un cambio necesario de configuración).
  4. El recovery room: Son empresas que contactan con personas que han sido víctimas de chiringuitos financieros, supuestamente para gestionarles la recuperación de las pérdidas o para recomprar acciones o valores adquiridos a través de empresas no autorizadas. Estas estafas pueden provenir del chiringuito financiero que realizó el fraude inicial o de otras personas o empresas que hayan adquirido las listas de afectados. Pueden intentar que vuelvas a invertir dinero o, incluso, vender tus datos a otras empresas.
  5. Fraudes relacionados con criptoactivos: Los criptoactivos, incluyendo las criptomonedas o criptodivisas, pueden definirse como una representación digital de valor o derechos, es decir, son activos que no existen de forma física. Existen numerosos criptoactivos falsos y estafas cuyo único objetivo es apropiarse del dinero de los inversores. Se anuncian al público de manera agresiva en redes sociales, mensajes de texto, correo electrónico, por teléfono y mediante anuncios que aparecen en páginas web y redes sociales.
  6. Esquemas Ponzi: Es una variante de la estafa piramidal, consistente en un modelo de negocio insostenible en el que unos pocos estafadores originales reclutan a nuevos participantes para formar parte de su negocio, creando una jerarquía en forma de pirámide. En el caso de un esquema Ponzi de inversión, un estafador convence a nuevos inversores a aportar fondos para ser invertidos, ofreciéndoles altas rentabilidades. En realidad, el dinero no se invierte o se invierte solo en parte.
  7. Phising, smishingvishing: Estas técnicas tienen tienen como objetivo conseguir nuestras claves personales de acceso a nuestras cuentas bancarias o de valores, con el fin de suplantar nuestra identidad, operar con nuestras cuentas y disponer de nuestros fondos.
  8. Pharming: es un ciberdelito parecido al phishing, pero más sofisticado, pues los delincuentes infectan tu equipo con malware que les permite redirigir el tráfico de sitios web legítimos a sitios web falsos creados para recabar datos confidenciales.
  9. El fraude financiero en redes sociales: Actualmente, muchos inversores buscan información y consejos en las redes sociales. Los chiringuitos o entidades no autorizadas se aprovechan de esta tendencia para encontrar a sus víctimas. Aunque las redes sociales pueden aportar información válida y beneficiosa para inversores, también crean grandes oportunidades para estafas y fraudes. Multitud de estafadores de todo tipo operan en redes sociales y suele ser difícil para las autoridades encontrarlos y poner fin a sus crímenes.

Sacristán&Rivas Abogados ha advertido en varias ocasiones sobre la necesidad de extremar las precauciones en las inversiones realizadas a través de plataformas online que, en muchos casos, carecen de domicilio en España complicando las reclamaciones y la conveniencia de actuar con rapidez para evitar quedar atrapado, siendo más complicado recuperar las cantidades depositadas. El Despacho tiene amplia experiencia en este tipo de reclamaciones, poniéndose a disposición de los afectados para el análisis del caso concreto y el estudio de las posibilidades de defensa.

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